En la vida hay muchas primeras veces: primer día del kinder, del cole, de la U, del trabajo; primera vez en patines, en bicicleta, primera vez manejando, primer beso, primer novio, en fin.
Hoy tuve mi primera vez dirigiendo a mi sobrina en el baño. En resumidas cuentas quedé yo igual de mojada que ella, a pesar de que yo estaba fuera de la ducha.
En mi deseo de ser la mejor tía que pueda tener, me ofrecí a bañarla mientras la mamá terminaba de lavar la ropa. Sarah tiene 4 años (creo) y en mi mente de inexperta tía creí que sería algo simple...
OH NO!! la hora del baño es todo una experiencia!! fue lo más divertido que he tenido en días!! ver cómo la imaginación de ella volaba, inventando personajes, lavando las paredes del baño, jugando con el jabón...hasta el hecho de que no le gusta usar la ducha sino el tubo más pequeño resultó interesante.(siente que se ahoga si usa el tubo alto)
En medio de peleas con el jabón, y el interminable nudero que tenía en el pelo (en eso salió a la tía) jugamos, hablamos, me contó intimidades (cuidado con lo que le dicen a los niños) y terminamos hechas un amor. Acto seguido la vestí y decidimos cuál era el mejor peinado. Sin embargo la mamá decidió que media cola era lo mejor y ahí si que entregué la batuta ya que con costos logro peinarme a mi misma, menos iba a lograr que ella quedara decentemente peinada.
Conclusión: todos deberíamos aprender a divertirnos un poquito más cuando nos bañamos!!!
Etiquetas: aprendizaje, vida